Más que una iluminación, fue un abrazo simbólico entre dos culturas que han caminado juntas por generaciones.
Este gesto honra los lazos de amistad, historia y esperanza que unen al Perú y al Japón.

Aunque estemos lejos de nuestra tierra, el corazón sigue latiendo con orgullo peruano.
Celebramos nuestras raíces, nuestra historia y todo lo que nos hace únicos.

Gracias de corazón a todas las personas e instituciones que hacen posible seguir construyendo puentes de hermandad y cooperación entre nuestros pueblos.

¡Felices Fiestas Patrias Perú!
¡Que Viva el Perú!
¡Feliz 28 de Julio!